FUEGO EN LA SIERRA DE SAN VICENTE.


Hoy he tenido la desagradable sorpresa de ver en directo como uno de los pulmones de la comarca de Talavera de la Reina y de la provincia de Toledo comenzaba a arder. Alrededor de las cinco y media de la tarde   y ante la impresionante columna de humo que se observaba desde la ciudad de la cerámica, no he podido reprimir el deseo y angustia de acercarme hacia la Sierra de San Vicente donde conforme me iba aproximando se iban confirmando los peores presagios; la sierra estaba ardiendo. 
Este hermoso paraje, es utilizado diariamente por los amantes de las bicicletas (tanto de carretera, como de montaña), del senderismo y de las carreras a pie. En concreto, todo ha comenzado en la localidad de Hinojosa de San Vicente (localidad muy conocida a nivel atlético porque en primavera se celebra la famosa y dura carrera de La Subida al Piélago) en torno a las cuatro de la tarde. Los medios aéreos y terrestres no han tardado en acceder al lugar del suceso, ya que el entorno está declarado como especialmente protegido por parte de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. En el periodo de tiempo que he permanecido en el lugar, era espectacular observar la pericia de los pilotos, tanto de los helicopteros que cargaban agua en la piscina municipal, como de los hidroaviones y las avionetas. Todo parecía un baile perfectamente orquestado, donde los helicópteros en formación iban descargando el agua en una zona concreta, movimiento que solo se interrumpía cuando desde el interior del espeso humo aparecía la silueta de dos hidroaviones, que también perfectamente coordinados, cumplían su función. Con menor asiduidad, pero con enorme pericia dos pequeñas avionetas soltaban líquido retardante en los alrededores de los focos principales. En total ha habido instantes en los que desde el suelo podíamos ver seis helicópteros, dos avionetas y dos hidroaviones, cada uno ocupando un peldaño del cielo para no molestarse.
Entre tanta locura, se apreciaban puntos amarillos que se movían entre las llamas. Eran los retenes de tierra (ahora puedo entender el agotamiento que algunos de nuestros compañeros de grupo y entrenamiento, bomberos forestales, manifiestan los martes cuando quedamos para entrenar); para ellos queda la peor parte, ya que en breve se retirarán los medios aéreos.
Solo deseo que mañana (ya hoy) al levantarme, la Sierra, nuestra Sierra, no continúe consumiéndose  por la negligencia, imprudencia, temeridad o delito de algún desalmado; ójala este fin de semana podamos de nuevo compartir los caminos de nuestro pulmón natural paseantes, atletas y ciclistas.

 
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3 Responses
  1. gravatar Anónimo

    Cuando en lo ríos contaminados no queden peces que pescar, en los montes abrasados no puedan vivir los animales y la tierra ya no sea fértil para cosechar... ¿qué vamos a comer, piedras?

  2. gravatar Anónimo

    Cada vez que se produce un delito ecológico, porque son delitos y no "tragedias ecológicas", se me revuelve el alma...
    Alguien, me niego a emplear el término persona, capaz de hacer algo así, es un delincuente y deber ser juzgado y condenado con todo tipo de agravantes: premeditación, alevosía, intento de homicidio...,¡¡ no soporto la condescendencia con la que son tratados esos criminales¡¡NO SON ENFERMOS¡¡, ponen en riesgo la vida de nuestros compañeros forestales, asolan nuestros bosques, nuestros pueblos,¡¿Cuantos "Guadalajaras" más tienen que pasar?¡

  3. gravatar Anónimo

    Toda mi admiración para las personas,profesionales o no, que combaten estas aberraciones.
    ¡Mil gracias y mucho ánimo¡